Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) suspendeu, de forma cautelar, a executividade da resolución da Xunta de Galicia na que concedeu as autorizacións administrativas previa e de construción, e declarou de utilidade pública, o parque eólico Laboa II, situado nos municipios de Zas e Santa Comba (A Coruña). VER LA TRAMA DE LA ALCALDESA DEL PP EN SANTA COMBA CONPINCHADA CON GRENALIA Y DENUNCIADO EN ESTE XORNAL..+  AUTO DESCARGABLE SOLO PARA USUARIOS REGISTRADOS+ A sección terceira da Sala do Contencioso-administrativo acolleu, desta forma, a medida cautelar solicitada pola asociación ecoloxista Petón do Lobo.

Os maxistrados salientan no auto que a actividade que pretende despregar a promotora (Engasa Lagoa) co parque eólico, “por lóxica e por moi pequena que sexa, -que non o é-”, ocasiona “unha afectación ecosistémica, derivada -como mínimo- da execución das obras no espazo natural, como consecuencia de remexer as terras, da implantación das infraestruturas eólicas, etc.”

Ademais, destacan no auto que a asociación que exerce a acción pública asevera, a través de dous informes periciais, “que o dano ambiental a múltiples especies de flora e fauna está asegurado”. O tribunal subliña que “estes informes -ao contrario do que opinan as partes contrarias- acreditan, polo menos de forma indiciaria, un potencial efecto danoso de tipo ambiental”, á vez que engade que, aínda que a Administración e a codemandada, cos seus propios informes periciais, “parece que teñen escasa percepción do mal que pode supoñer o seu comportamento, ao tratar de minimizalos (os danos) ou desprestixiar aos seus autores”.

Con todo, os xuíces afirman que “a mera posibilidade de que se ocasione o evento danoso (e a información precisa de que iso pode suceder constátase a través das periciais da asociación, que son bastante contundentes respecto ao risco)” fai que deban acceder á suspensión solicitada, “sen esperar á finalización do procedemento, momento en que o proxecto empresarial podería xa estar executado e o dano ambiental consumado, o que hai que evitar”.

“Os intereses empresariais da promotora entendemos que non deben primar fronte ao medio ambiente, máxime se temos en conta que a paralización da súa actividade, por cuestión da adopción desta medida cautelar mentres penda este procedemento, previsiblemente non ha de ser por un termo excesivamente dilatado”, recalca o TSXG no auto, no que incide en que “a prudencia se impón, máis aínda se cabe, pois hai que se decatar de que se a sentenza fora finalmente acolledora das pretensións da parte demandante e se deixara avanzar na construción do parque, logo habería que desfacer o feito, volvendo as cousas ao seu estado anterior, o que se levaría a cabo con recursos que puideran ser públicos”.

Ademais, a Sala engade que os intereses públicos asentados na crise enerxética e a promoción das enerxías renovables “tampouco poden prevalecer cando se trata de instalar no territorio unha industria da que hai sospeita fundada que podería non respectar o medio ambiente”. O auto non é firme, pois contra el cabe presentar recurso de reposición.

El TSXG suspende, de forma cautelar, la autorización para construir un parque eólico en Zas y Santa Comba (A Coruña)

21/06/2023.- El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha suspendido, de forma cautelar, la ejecutividad de la resolución de la Xunta de Galicia en la que concedió las autorizaciones administrativas previa y de construcción, y se declaró de utilidad pública, el parque eólico Laboa II, situado en los municipios de Zas e Santa Comba (A Coruña). La sección tercera de la Sala de lo Contencioso-administrativo ha estimado, de esta forma, la medida cautelar solicitada por la asociación ecologista Petón do Lobo.

Los magistrados subrayan en el auto que la actividad que pretende desplegar la promotora (Engasa Lagoa) con el parque eólico, “por lógica y por muy pequeña que sea, -que no lo es-”, ocasiona “una afectación ecosistémica, derivada -como mínimo- de la ejecución de las obras en el espacio natural, a consecuencia del removimiento de tierras que va a haber, la implantación de las infraestructuras eólicas, etc.”

Además, destacan en el auto que la asociación que ejerce la acción pública asevera, a través de dos informes periciales, “que el daño medioambiental a múltiples especies de flora y fauna está asegurado”. El tribunal subraya que “estos informes -al contrario de lo que opinan las partes contrarias- acreditan, al menos indiciariamente, un potencial efecto dañoso de tipo medioambiental”, al tiempo que añade que, si bien la Administración y la codemandada, con sus propios informes periciales, “parece que tienen escasa percepción del mal que puede suponer su comportamiento, al tratar de minimizarlos (los daños) o desprestigiar a sus autores”.

Sin embargo, los jueces afirman que “la mera posibilidad de que se ocasione el evento dañoso (y la información precisa de que eso puede suceder se constata a través de las periciales de la actora, que son bastante contundentes respecto al riesgo)” hace que deban acceder a la suspensión solicitada, “sin esperar a la finalización del procedimiento, momento en que el proyecto empresarial podría ya estar ejecutado y el daño ambiental consumado, lo que hay que evitar”.

“Los intereses empresariales de la promotora entendemos que no deben primar frente al medio ambiente, máxime si tenemos en cuenta que la paralización de su actividad, por cuestión de la adopción de esta medida cautelar mientras penda este procedimiento, previsiblemente no ha de ser por un término excesivamente dilatado”, recalca el TSXG en el auto, en el que incide en que “la prudencia se impone, más aún si cabe, pues hay que percatarse de que si la sentencia fuera finalmente estimatoria de las pretensiones de la parte demandante y se hubiera dejado avanzar en la construcción del parque, luego habría que deshacer lo hecho, volviendo las cosas a su estado anterior, lo que se llevaría a cabo con recursos que pudieran ser públicos”.

Además, la Sala añade que los intereses públicos asentados en la crisis energética y la promoción de las energías renovables “tampoco pueden prevalecer cuando se trata de instalar en el territorio una industria de la que hay sospecha fundada que podría no respetar el medio ambiente”. El auto no es firme, pues contra él cabe presentar recurso de reposición.